Por qué la OEA debe aplicar la Carta Democrática a Ortega-Murillo

La Carta Democrática Interamericana firmada en el año 2001 por los 35 países miembros de la OEA como foro político regional tiene un peso determinante en la preservación del orden democrático en el Continente, es un instrumento para garantizar la continuidad en todos los países de un sistema democrático básico que respeta y promueve los derechos humanos fundamentales de la persona humana, así como la libertades básicas y la justicia.

OEA inicia la aplicación de la Carta Democrática contra Ortega

La última vez que se aplicó fue durante el Golpe de Estado en Honduras, cuando Manuel Zelaya era el Presidente y fue depuesto mediante un golpe militar que violentó la Constitución hondureña, el marco jurídico de dicho país y los preceptos básicos de la democracia representativa defendida por la Carta. Por ello, la Comunidad Americana reunida en la OEA condenó la ruptura del orden democrático y aplicó la Carta contra el régimen hondureño que tomó por la fuerza el poder, no habiendo justificación para dicha acción de ruptura democrática.

Artículo 20 Carta Democrática Interamericana
“En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime conveniente.
El Consejo Permanente, según la situación, podrá disponer la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática.
Si las gestiones diplomáticas resultaren infructuosas o si la urgencia del caso lo aconsejare, el Consejo Permanente convocará de inmediato un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para que ésta adopte las decisiones que estime apropiadas, incluyendo gestiones diplomáticas, conforme a la Carta de la Organización, el derecho internacional y las disposiciones de la presente Carta Democrática.
Durante el proceso se realizarán las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática.

Anteriormente la Carta se había aplicado también en Nicaragua cuando los grandes pactistas de Nicaragua, el Partido Liberal Constitucionalista, bajo el mando de Arnoldo ALemán, y el FSLN, bajo el mando de Daniel Ortega, pretendían darle un golpe de Estado al entonces Presidente Enrique Bolaños y destituirlo del Gobierno para poner un títere afín a Alemán y que se terminara la “Lucha contra la corrupción” iniciada por Bolaños y que responsabilizó públicamente a Arnoldo Alemán Lacayo y a toda su familia y allegados del peor escándalo de corrupción pública visto hasta entonces, solamente superado por la mega corrupción institucional de la tiranía Ortega-Murillo, desde el 2007 hasta la fecha.

Aunque el Plan del arnoldismo no llegó a más, Bolaños fue obligado a negociar con Daniel Ortega para que los votos del orteguismo no se sumaran al arnoldismo, la OEA intervino y el Secretario General de entonces José Miguel Insulza realizó visitas al país.

Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenan saquear ONG´s y medios de comunicación

Cuba y Honduras son los dos países que han sido expulsados de la OEA desde la creación del organismo. Hoy Nicaragua se encuentra en el radar de la Organización nuevamente debido a la ruptura del orden democrático, una tiranía se cierne sobre el país y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos que se cometen desde abril no cesan, ni existe esperanza de que la crisis se solucione pues no hay voluntad de la dictadura, por el contrario se ha recrudecido la represión.

Tiranía orteguista asalta 100% noticias,se toma sus oficinas y secuestra a Miguel Mora

Daniel Ortega y su mujer no solamente han expulsado al GIEI, anteriormente habían expulsado al grupo de trabajo de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OANUDH), cuyo trabajo da cuenta de las graves y constantes violaciones de derechos humanos cometidos por la tiranía y sus fuerzas de choque institucionales y paramilitares contra civiles desarmados en Nicaragua.

La Carta democrática debe ser aplicada a Nicaragua habida cuenta de la ruptura de las garantías constitucionales para los ciudadanos nicaragüenses; la violación de los derechos humanos fundamentales que son la base para una convivencia democrática y pacífica; y por último la destrucción total del sistema democrático nicaragüense, preso hoy de un grupo delincuencial organizado.

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La tiranía de Daniel Ortega y su mujer no solamente ha asesinado a cientos de manifestantes, la mayoría de ellos pacíficos y auto convocados, sino que también han herido, torturado, desaparecido, encarcelado y fabricado juicios falsos a centenares de civiles, anulando las garantías constitucionales básicas, el debido proceso y de acceso a la verdadera justicia.

Los escuadrones de la muerte

Ortega y Murillo armaron escuadrones de la muerte en Nicaragua, esparciendo terror, muerte y destrucción por todo el país, al margen de las leyes nicaragüenses y de la propia Constitución Política que Ortega y Murillo violan desde 2007.

Son precisamente esos grupos de matones y terroristas armados por Ortega y Murillo con el aporte y la complicidad directa del Ejército de Nicaragua los responsables, junto a la Policía del régimen, de los centenares de muertos y desaparecidos. Por esos grupos paramilitares el FSLN, partido político propiedad de Ortega y Murillo debe ser reconocido como una organización terrorista que debe ser proscrita a nivel internacional. No en vano la Internacional Socialista se desmarcó del FSLN en el mes de mayo, cuando la represión había alcanzado ya el nivel de terrorismo de Estado.

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Ruptura total del Orden Democrático y Constitucional

Los Medios de Comunicación independientes han sido acosados, asaltados, quemados, periodistas amenazados, golpeados y encarcelados, ONG´s de derechos humanos , de la Sociedad Civil y empresas privadas han sido robadas y confiscadas por la tiranía.

La libertad de expresión, de reunión y asociación han sido exterminadas por la pareja delincuencial que hasta el 18 de abril gobernaba Nicaragua con la esperanza de atornillarse de manera fraudulenta en el poder por lo menos 10 años más.

Los ciudadanos no tienen derecho a manifestarse, para hacerlo hay que “pedir permiso” a una guardia pretoriana que sirve a la tiranía y de hacerlo se enfrentan a la amenaza de ser encarcelados y torturados.

La economía del país se encuentra en crisis y deterioro progresivo, se han perdido más de 100,000 puestos de trabajo debido a la represión orteguista, mientras el turismo, principal fuente de divisas, agoniza sin esperanzas de recuperarse.  Las inversiones extranjeras han disminuido y muchas empresas hacen lo posible por sobrevivir ante el aumento del riesgo país y el aumento de la mala reputación de Nicaragua y la inseguridad jurídica existente.

Por si eso fuera poco, Ortega y Murillo mantienen un control total y absoluto de todos los poderes del Estado, incluyendo al Ejército de Nicaragua, una institución prostituida, al igual que la Policía Nacional, y que no ha sido capaz de defender al Pueblo de las atrocidades cometidas por la pareja dictatorial, por el contrario han participado de manera encubierta en las operaciones contra los protestantes, así como brindando información de inteligencia, como por ejemplo la Dirección de Información para la Defensa que ha participado de manera encubierta vigilando marchas y protestas, proveyendo a la dictadura de información de inteligencia.

INIFOM organizó y financió paramilitares orteguistas

La guardia genocida orteguista vapuleando a un estudiante que protestaba pacíficamente

No existe en Nicaragua una sola institución del Estado que sea independiente, todas responden a las ordenes de la pareja delincuencial. El orden democrático y constitucional de Nicaragua ha sido totalmente destruido, desmantelado, asaltado y saqueado, la Constitución y las Leyes y el Estado han sido golpeados por los únicos y más grandes golpistas que existen en la Nicaragua del siglo XXI: Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Por ello, los Estados Democráticos de América que se precien de respetar los Derechos Humanos fundamentales y los valores básicos de una convivencia democrática tienen la obligación de actuar y no esperar más, es meritorio y urgente que puedan aplicar los artículos 20 y 21 de la Carta Democrática Interamericana y no dejar solo al noble Pueblo de Nicaragua que lucha de nuevo, 40 años después, contra la segunda dictadura más oprobiosa de su historia.

Los países amigos deben actuar vehementemente al término de la distancia, 8 meses han pasado desde el 18 de abril y la tiranía, lejos de dialogar y mostrar interés por resolver la crisis, ha recrudecido la represión, las muertes, torturas y apresamientos no han cesado. El Pueblo se encuentra en estado total de indefensión ante una tiranía salvaje que mantiene secuestrado el poder a base de las armas.

Campesino fue castrado por tiranía orteguista.

No caben más negociaciones o diálogos con la tiranía Ortega-Murillo, no se puede negociar ni dialogar con criminales de lesa humanidad, estos deben responder ante la justicia internacional por sus crímenes, la Comunidad Internacional debe cesar todo tipo de relación diplomática y económica con Ortega-Murillo, aplicar la Carta democrática e intervenir directamente para salvar al Pueblo de Nicaragua del descalabro.

Activar la justicia universal

Daniel Ortega, su mujer, sus hijos y todos sus allegados, responsables de la represión constituyen un grupo delincuencial cometiendo abusos, violaciones y atrocidades en contra personas inocentes que no han cometido ningún delito y cuyas garantías han sido anuladas de golpe por Ortega y su concubina.

La Convención de Palermo permite a la Comunidad Internacional perseguir a grupos delincuenciales organizados como lo es la dictadura Ortega-Murillo, por lo tanto cualquier país de la Comunidad Americana puede emitir una orden de captura contra el Cartel de los Ortega-Murillo y sus esbirros, ya existe un precedente con el genocida chileno Augusto Pinochet Ugarte.

Los países de la región no pueden permitir que el sufrimiento del Pueblo de Nicaragua continúe, deben garantizar que la tiranía responda ante una Corte neutral por sus crímenes. Lo que Nicaragua necesita es su liberación definitiva, y para eso es necesario el concurso de todas las Naciones cuyos Pueblos aman la democracia, la libertad y la justicia.

Nicaragua no merece vivir nuevamente bajo el horror, el crimen, la injusticia y la represión criminal, no merece de nuevo ver destruido su país por dos sociópatas criminales a quiénes no les bastó convertirse en millonarios en 10 años a base del combustible venezolano, sino que mantienen secuestrado a todo un país y a un Pueblo noble, amable y luchador. Es el momento de ser contundente.

#SOSNicaragua