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Nicaragua rememora la masacre del 30 de mayo de 2018 Nicaragua rememora la masacre del 30 de mayo de 2018
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El 30 de mayo no volverá a ser lo mismo nunca más, Daniel Ortega y Rosario Murillo lo tiñeron de sangre para siempre hace... Nicaragua rememora la masacre del 30 de mayo de 2018 5

El 30 de mayo de 2018 Nicaragua vivió uno de sus peores días de horror: Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenaron masacrar la marcha cívica más grande vista en Nicaragua en décadas, la Madre de todas las marchas. Francotiradores, paramilitares y guardias atacaron la marcha con armas de alto calibre desde la Universidad Nacional de Ingeniería y el Estado Nacional, causando un total de 18 muertes.

Los paramilitares denunciados por Marco Novoa

Era 30 de mayo de 2018 y las calles de Managua se llenaban de nicaragüenses que se dirigían hacia la Marcha del día de las Madres, conocida como la Madre de todas las marchas por ser la más multitudinaria registrada en décadas en Nicaragua. La marcha fue convocada a través de las redes sociales por los movimientos cívicos auto convocados como forma de protesta y en apoyo a las madres de los asesinatos bajo la peor y más cobarde represión que se haya visto desde la década de los 80. Las calles de Managua se vestían de azul y blanco en honor a los primeros asesinados por el régimen y en solidaridad con las Madres que perdieron a sus hijos y nietos asesinados por la tiranía.

Ejecutada directamente bajo las órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo, las hordas criminales compuestas por paramilitares, guardias y francotiradores del ejército de Nicaragua encubiertos, masacraron la marcha y dejaron un saldo de 18 personas asesinadas, la mayoría de ellos jóvenes, en tan solo un día de terror.

La gran ramera de Nicaragua

Nadie esperaba que atacaran la Marcha el día de las madres nicaragüenses.

Para mayo de 2018 ya Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo, ya habían iniciado la más brutal represión de los últimos 41 años como respuesta a la gloriosa rebelión de abril que puso a temblar al régimen y terminó de desnudar el rostro sanguinario, terrorista y criminal de la pareja tirana.

A pesar de esto, decenas de miles de nicaragüenses de todos los signos políticos, ideológicos y religiosos  se congregaron en la Carretera a Masaya para avanzar hasta las inmediaciones de la Universidad Centroamericana dónde la marcha estaba programada a finalizar. Al inicio hubo un pequeño concierto a cargo de los hermanos Mejía Godoy en homenaje a los asesinados, una vez iniciada la emoción de los miles de nicaragüenses se sentía a flor de piel, a lo largo del trayendo se escuchaban consignas, cantos y gritos pidiendo justicia, se veían lágrimas, lazos negros en señal de luto y banderas azul y blanco por kilómetros.

Aunque a esas alturas nadie ignoraba de los crímenes de los que Ortega y Murillo eran capaces, tampoco nadie imaginó que se atreverían a atacar la marcha por ser el día de la Madre nicaragüense, pero la historia confirmó el instinto asesino de los dos tiranos y sus criminales paramilitares, turbas, guardias y militares, lo impensable sucedió, las hordas asesinas de Ortega Murillo atacaron la marcha casi al concluir en las inmediaciones de la Universidad Centroamericana y la Universidad Nacional de Ingeniería. El plan de  la tiranía era partir en dos la marcha atacando con francotiradores desde la UNI y luego desde el sector de Metrocentro y la Catedral de Managua con turbas y paramilitares.

Madre de todas las marchas

A la marcha asistieron niños, jóvenes, ancianos, inclusos personas con discapacidad. Se cantaban consignas, se pedía justicia, se lloraba, las vuvuzelas ese día no sonaron en señal de luto por los asesinados por Daniel Ortega y Rosario Murillo.

 

Francotiradores, paramilitares, guardias y turbas al ataque

Ese 30 de mayo el tirano y su consorte se encontraban a más o menos 1 kilómetro de distancia en una concentración con pocos de su seguidores, desde dónde arengaba bravucón contra el Pueblo que desde abril protestaba contra su régimen bicéfalo y criminal.

Algunas voces dentro del FSLN aseguran que dentro de los francotiradores que dispararon contra jóvenes en abril y mayo estuvieron cubanos y militares del ejército de Nicaragua, la participación del ejército orteguista se dio con cuadros disfrazados de civiles, los cuáles infiltraban marchas y protestas, también con francotiradores que habrían actuado en conjunto con los cubanos, la dirección de Inteligencia y la de Contrainteligencia del ejército y la dirección de información para la defensa, participaron con logística, espionaje político y proveyendo información de inteligencia, además, el ejército ha participado directamente en la captura de ciudadanos autoconvocados, los cuáles entregan a la guardia criminal orteguista. Tres años después, el ejército orteguista continúa siendo el sostén de la tiranía y continúa espiando o tratando de espiar a la oposición a través de la Dirección de información para la defensa, brazo de espionaje del régimen.

Madres exigiendo justicia

Fotografía de El Nuevo Diario


Miles se refugiaron en la UCA

La Universidad Centroamericana UCA ha sido siempre un refugio seguro desde el inicio de la gloriosa rebelión de abril, en abril mismo la Universidad y sus estudiantes fueron víctimas de un ataque de las turbas que sembró el terror entre el alumnado y los empleados de la Universidad. Ese fatídico día no fue la excepción, la propia universidad reportó que al menos 5.000 personas se refugiaron en su recinto al escuchar las ráfagas.

“Huyendo de los ataques, más de 5.000 personas lograron ingresar, mientras muchos huyeron en otras direcciones. Un sinnúmero de heridos fue atendido por voluntarios y voluntarias en inmediatamente en el campus y se consiguió que ambulancias trasladaran a todos los heridos a centros de atención médica”, informó la UCA.

Eran un poco más de las 5 de la tarde de ese miércoles 30 de mayo, el día que tradicionalmente Nicaragua celebraba a las madres, cuando miles de personas huían y se refugiaban en centros comerciales, negocios, iglesias y edificios cercanos mientras otros intentaban encontrar a sus amigos y familiares entre la multitud. Una de esas personas era la señora Josefa Meza quién buscaba desesperadamente a su hijo Jonathan Morazán, una de las víctimas mortales de la tiranía. En declaraciones a los medios ella aseguró que intentó llamar a su hijo varias veces pero nadie contestó el teléfono, tras intentar varias veces, después de 15 minutos alguien contestó el teléfono de su hijo, una enfermera del hospital dónde fue llevado le dijo que estaba herido y que debía presentarse.

“Yo nunca esperé que el régimen fuera tan sanguinario de haber mandado a sus paramilitares a matar”, dijo doña Josefa,  Jonathan, quien permaneció dos días en coma y perdió la vida producto de un disparo en la corteza cerebral efectuado por francotiradores.

El GIEI, un grupo de expertos internacionales conformado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) , en un informe final elaborado en conjunto con el Equipo del Instituto de Antropología Forense Argentino, concluyó que los disparos a las víctimas fueron hechos por francotiradores que se apostaron en el Estadio Nacional de Beisbol y muy probablemente también en la Universidad Nacional de Ingeniería.

Días antes, el aparato propagandístico del régimen sanguinario había publicado amenazas, dichas amenazas estaban siendo dirigidas desde las redes sociales por Marcio Raúl Vargas Arana, ex director despedido de la Cinemateca Nacional, supuesto “cineasta” y reconocido reclutador de turbas. En 2018 Vargas fue denunciado por algunos vecinos de Residencial Campo Bello, como reclutador de turbas junto a Álvaro Murillo y Plinio Suárez Lacayo.

Marcio Vargas Arana

Al mismo tiempo el régimen mandó a publicar un video de convocatoria para la actividad organizada de manera paralela a la madre de todas las marchas.  En el estribillo del video el régimen mandó a hacer una canción cuya letra tenía un mensaje subliminal violento y amenazante.

“Juntemos todos ponzoña con ponzoña, juntemos todos dolor con dolor, un granito de arena, otro grano de arena, y otro, y otro, y otro, una llama se enciende, otra llama responde, encendamos la noche, pongamos el llano el llamas, pongamos el llanto el llamas, pongamos la noche en llamas y por huevo, tiene que amanecer”.

Las redes sociales han sido determinantes para exponer ante la opinión pública nacional e internacional el terror y los crímenes del régimen. En el tercer aniversario reina la impunidad, no hay ni un sólo paramilitar, francotirador o turba detenido ni juzgado por los 18 asesinatos, lo mismo que ha pasado con los más de 500 asesinatos perpetrados por las fuerzas tenebrosas de Daniel Ortega y Rosario Murillo, sin embargo, las Madres no se rinden, las redes sociales se han inundado con la etiqueta #LasMadresNoSeRinden, todas tienen fe de que habrá justicia, Nicaragua las respalda.

¡De que se van, se van!

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