El 1 de julio de 2006 Nicaragua se estremecía, el ex Alcalde de Managua y el más popular precandidato a la Presidencia de la república fallecía en su casa de habitación en la Carretera a Masaya en circunstancias oscuras que hasta hoy no se han aclarado. Este es el primer escrito sobre la muerte del hombre más carismático de la primera década de siglo 21, el que barrería al dictador sanguinario de Nicaragua y a su mujer, la criminal Rosario Murillo.
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Un 1 de julio del año 2006, a tan sólo 4 meses de las elecciones presidenciales en las que el dictador sanguinario Daniel Ortega se lanzaba de nuevo como candidato por el FSLN, los medios de Nicaragua se estremecían con una noticia de última hora, Herty Lewites había muerto. Con profunda tristeza Managua se enteraba que el mejor alcalde que tuvo la ciudad probablemente en más de 30 años, Herty Lewites Rodríguez, el tigre judío, o el pelón, a como le decían, ex guerrillero y diplomático, que apoyó la lucha contra la dictadura somocista y ya en sus últimos años gobernó Managua de forma democrática y exitosa.
El presidente Enrique Bolaños (QEPD) y el Alcalde Herty Lewites (QEPD) reunidos en Managua.
En sus inicios Herty fue boicoteado por Arnoldo Alemán, sin embargo, después del cambio de gobierno Herty construyó muy buenas relaciones con el Gobierno Central presidido entonces por Enrique Bolaños, de quién se hizo amigo, pero también desarrolló buenas relaciones con la empresa privada y sobre todo se ganó el cariño de las clases populares que veían en él un ejemplo y una esperanza de cambio, por su buena gestión, sus consensos y por sus cuestionamientos frontales contra los desmanes de Daniel Ortega y su pacto político con el corrupto caudillo Arnoldo Alemán Lacayo.
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Caso Carlos Guadamuz Portillo
Dos años antes, el 12 de febrero de 2004, frente al parqueo del Canal CDNN en la Colonia Centroamérica, dirigido por Plinio Suárez García, amigo del tirano criminal cubano Miguel Díaz- Canel, caía asesinado el controversial periodista y otrora amigo íntimo de Daniel Ortega, Carlos Guadamuz Portillo, a quién Ortega expulsó y le robó la Radio Ya. Carlos Guadamuz sufrió terribles torturas por defender y tratar de proteger a Daniel Ortega mientras ambos estaban presos en las cárceles somocistas.
En cierto momento, inicios de la década de 2000, Guadamuz quiso ser alcalde y se promovía a través de la Radio Ya, pero a Ortega no le pareció y lo vetó, lo cual causó la molestia de Guadamuz quien empezó a criticar la embestida de Ortega en la Radio Ya, que hasta entonces era de su propiedad. El dictador respondió con represión, le fue robada la radio y expulsado violentamente de ella, fue amenazado de muerte e insultado por Rosario Murillo y los fieles de Ortega quiénes como siempre hacen con quién critica los abusos de Ortega, lo calificaron como “traidor”.
Carlos Guadamuz se presenta al CENIDH a interponer denuncia por las agresiones y amenazas del FSLN.
Carlos Guadamuz fue asesinado a balazos después de haber sido asediado y amenazado por agentes del FSLN de Daniel Ortega, su asesino, William Hurtado, trabajó para la Seguridad del Estado ochentera bajo el mando de Lenín Cerna, a quién se atribuyen ser el autor intelectual.
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El periodista salió del FSN en 1999, porque Ortega le impidió ser candidato a alcalde de Managua, y empezó a denunciar atropellos cometidos contra él. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su tiempo condenó el asesinato e instó al gobierno a que haga lo necesario para que el crimen no quede en la impunidad. William Hurtado fue apresado pero no confesó quiénes eran los autores intelectuales, con la tiranía de Ortega el asesino fue liberado.
En 2004, Carlos Guadamuz de Castro, hijo de Carlos Guadamuz, demandó que la Fiscalía General no dejara morir una denuncia judicial presentada por su padre contra de Daniel Ortega. Tras el crimen de Guadamuz, el juez Tomás Cortés reabrió “de oficio” una denuncia que el periodista planteó contra Ortega el 15 de noviembre del 2000. Guadamuz responsabilizó a Ortega y a Dionisio Marenco, de haberlo amenazado de muerte. La Radio Ya le fue robada a Guadamuz por Ortega y Marenco, quiénes aseguraban que la radio era del FSLN, hoy la radio está en manos de la corrupta familia de Ortega, hijos e hijastros incluidos, y forma parte del emporio familiar crecido a la sombra del dinero y petróleo venezolano y el erario nicaragüense. En palabras de William Grigsby en su época, Daniel Ortega estuvo involucrado en el asesinato de su otrora íntimo amigo.
Tomás Borge, Ministro del Interior y cabeza de la Seguridad del Estado ochentera, observa a Guadamuz en un mitin político.
Amenazas de muerte a Herty
Herty le había dicho a su familia que alguien le avisó de que lo querían matar, de acuerdo con declaraciones de la época, la familia Lewites dijo que le habían avisado que “no pasaba de julio, máximo agosto”. La respuesta de su familia fue aconsejar a Herty que redoblara su seguridad. La expulsión de Herty ordenada por el criminal Ortega se hizo a gritos de “traidor” como lo hacen los sirvientes de Ortega a todo aquel que osa retar o contrariar los caprichos del dictador. La acusación es la misma que le hicieron a Carlos Guadamuz.
A inicios de 2005 Herty ya había denunciado públicamente las amenazas, señaló de ellas a Edwin Castro, el eterno parásito jefe de la bancada del FSLN en la chanchera orteguista (Asamblea), los diputados fieles a Ortega negaron la acusación, pero era evidente la campaña de insultos y ataques contra Herty dirigido por Rosario Murillo, la mujer de Daniel Ortega y sus hijos desde los medios de la pareja delincuencial.
Una cirugía que no ponía en riesgo su vida.
El 1 de julio de 2006 el ya candidato presidencial Herty Lewites fue sometido a una intervención quirúrgica de bajo riesgo en el Hospital Vivian Pellas. La cirugía habría terminado de manera exitosa por lo cual fue trasladado a su casa de Carretera a Masaya a sólo dos kilómetros del Hospital.
Por la tarde de ese mismo día, después de la llegada de Herty a su casa, un empleado de la casa habría visto y ayudado a la empleada a lavar un colchón que estaba lleno de sangre, la asistente del hogar habría informado al testigo que don Herty se encontraba muy mal.
El señor Cecilio Matías Joaquín quien laboraba como guarda de seguridad de la casa es uno de los testigos de las cosas extrañas que pasaron en la casa de Herty después que llegara del Hospital dónde salió bien de la cirugía y por eso fue dado de alta. Según declaraciones a El Nuevo Diario de la época, don Cecilio reveló que a las nueve de la mañana que llevaron a Herty del hospital, lucía sano y hasta bromeaba. Pero después de la una de la tarde, según Joaquín, notó que algo pasaba en la casa y preguntó a una empleada qué pasaba, a lo que le respondió que Herty estaba muy mal. A eso de la una de la tarde, según el testigo que laboró por 27 meses para Lewites, la mamá de Carmen García, esposa de Herty salió de la casa y volvió al cabo de una hora.
Una hemorragia y un caldo.
El testigo también reveló la existencia de una hemorragia previo a la muerte de Herty, aseguró que la empleada sacó un colchón lleno de sangre, y
que después le ordenaron que no dijera nada de lo sucedido, que ellas resolverían la situación.
“La señora le dijo (a la empleada) que lavara el colchón y yo me ofrecí a ayudarle, estaba el colchón lleno de sangre, lo estuvimos lavando y yo le dije: ‘A la púchica, hay mucha sangre’. Sí, pero doña Carmen me dijo que lo lavara”, dijo don Cecilio que le respondió la empleada.
Ninguno de los familiares de Herty fueron avisados de la crisis que tuvo Herty en su casa, no se sabe a ciencia cierta qué pasó, pero también se dijo que Herty habría tenido una gran hemorragia después de haberse tomado un caldo que le dieron. Saúl Lewites, hermano de Herty declaró en su tiempo que pudo ver sangre en la camiseta y el calzoncillo de Herty cuando llegó al hospital a verlo.
El cardiólogo de Lewites, Daniel Rivas, dijo que la muerte del del carismático líder político se produjo por dos “arritmias letales” registradas en el marcapasos, las que pudieron ser causadas “por un infarto o bien el subtrato de su enfermedad”. La verdadera causa de la muerte de Herty nunca se pudo determinar, ya que la viuda de Lewites, Carmen García, se negó a que se practicara una autopsia a los restos de su esposo, muy a pesar de que la familia Lewites exigió una investigación. Lewites, quien ya era el candidato a la Presidencia por la alianza Movimiento Renovador Sandinista (MRS), fue ingresado el sábado 1 de julio en el Hospital Metropolitano Vivian Pellas para extraerle un pólipo en el colon que recientemente se le había diagnosticado, la intervención era de bajo riesgo y no ponía en peligro la vida del ex alcalde.
El Cardenal Leopoldo Brenes . foto.LA PRENSA/Manuel Esquivel
Daniel Rivas, entonces cardiólogo de Herty dispuso hospitalizarlo supuestamente debido a su historial cardíaco. Su operación estuvo a cargo del gastroenterólogo Milton Mairena.
De acuerdo con la versión del cardiólogo Rivas, la operación fue buena y Herty evolucionó muy bien.
“La evolución fue buena, de tal manera que pasé toda la mañana acompañándole, hasta que le dimos de alta del Hospital Metropolitano en condiciones absolutamente estables (11:30 am)”, Daniel Rivas.
Lewites se encontraba en su casa y le acompañaban Carmen García, su esposa y los empleados de la casa. Según la versión circulada por García, Lewites perdió el conocimiento en su casa, a eso de las tres y treinta minutos de la tarde. Según García y el médico Rivas, cuando Herty se desmaya, un supuesto equipo de emergencia a cargo de un intensivista lo atendió y le hicieron maniobras de resucitación, fue trasladado al Hospital Vivian Pellas dónde lo dieron por muerto a las 4.50 pm de ese mismo día.
Según la opinión de Rivas, el desmayo de Herty fue provocada por las dos arritmias letales sufridas y que fueron registradas por el marcapasos. Cuando los periodistas le preguntaron qué pudo haber causado esas aritmias, el médido respondió que “Pudo haber sido un infarto o bien la naturaleza o el subtrato de su enfermedad”.
Sin embargo, las oscuras circunstancias que rodearon la muerte del hombre que habría aplastado electoralmente a Ortega continúan siendo un misterio, ni la Fiscalía ni la Policía investigaron científicamente el suceso, mientras su viuda se negó todo el tiempo a hacer una autopsia.
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