Una fuente extraoficial confirmó a Nicaragua Digital lo que se había filtrado en parte ya sobre los planes del orteguismo para aterrorizar a Nicaragua con la esperanza de poder aplacar la revolución popular contra la dictadura orteguista iniciada el 18 de abril a raíz del decretazo del INSS y arreciada posteriormente a causa de la gran cantidad de crímenes de lesa humanidad contra el Pueblo cometidos por Ortega-Murillo y sus fuerzas policiales y grupos terroristas.

De acuerdo con la fuente, el Plan de Orteguismo consistió en principio en atacar brutalmente las Universidades para disolver las manifestaciones estudiantiles utilizando a la policía orteguista (antes Policía Nacional) y turbas de la juventud orteguista, causando decenas de muertos y centenas de heridos pero sin lograr su objetivo de disolverlas; posteriormente el orteguismo orientó a sus bases y secretarios políticos atacar las Universidades y los tranques pacíficos e identificar a personas que se encontraban o prestaban apoyo. A la vez ordenaron infiltrarse en las Universidades y protestas pacíficas, incluidas las marchas del Pueblo autoconvocado. Así fue que pretendieron siempre infiltrarse en la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), sin embargo nunca lograron su cometido que era ingresar armas al recinto y luego, a través de infiltrados, enviar imágenes a los medios de desinformación del orteguismo que son manejados por los hijos de la pareja dictatorial.

Al mismo tiempo que se multiplicaban los tranques por todo el país y el Pueblo autconvocado continuó tumbando arbolatas, el símbolo de la brujería y ocultismo de Rosario Murillo, el orteguismo pasó a su siguiente fase: montajes, autoatentados y saqueos. Así ordenaron saqueos a decenas de negocios, tiendas y supermercados de Walmart, extrañamente los medios orteguistas siempre estaban ahí para grabar desde el inicio, lo mismo que realizaron montajes y quemas de buses para culpar a los estudiantes de la UPOLI utilizando a sus militantes para grabar muy torpemente las “escenas” de sus shows mediáticos.

La tercera fase fue el terror a través de los paramilitares y parapoliciales, y es esta la parte más macabra del Plan de Caos con que la dictadura orteguista pretendió aplacar el rechazo generalizado por sus crímenes; así el orteguismo empezó a entregar armas a turbas de la juventud orteguista y jóvenes delincuentes contratados a quiénes con dinero del Estado y de las Alcaldías pagan setencientos córdobas por día/noche, trasladados en camionetas toyota hilux o nissan pickup, la mayoría propiedad de instituciones públicas como las Alcaldías, la Policía,  el Ministerio de Salud, ENACAL,  entre otros. Dichos vehículos fueron previamente seleccionados con la orden de que fuesen los más nuevos.

Estos escuadrones de la muerte que salen cada noche a aterrorizar Managua y varios departamentos del país asesinan a cualquier ciudadano, roban y saquean comercios, disparan contra viviendas en los barrios, secuestran personas, también incendian viviendas, como lo hicieron con la familia Pavón en el Barrio Carlos Marx y un día antes con la vivienda de una Ciudadana en cercanías del Barrio Bello Horizonte porque los simpatizantes del orteguismo la tenían en lista por colaborar con los estudiantes de la UPOLI.

Las fuerzas de choque del Orteguismo también asesinan a militantes sandinistas. Tal es el caso de Francisco Aráuz Pineda, hermano de la vicealcaldesa orteguista de Tipitapa, cuyo cuerpo fue incendiado tiempo después que la policía y las turbas orteguistas prendieran fuego a la Casa de 3 plantas en el Barrio Carlos Marx por negarse a prestar su casa a Francotiradores. En el video puede verse claramente como un joven con un pañuelo  de color blanco amarrado en su pierna (distintivo usado por las turbas) lanza gasolina al cuerpo tirado en media calle, se dice que Francisco Aráuz acompañaba al grupo paramilitar para quitar barricadas en el sector, era aparentemente trabajador de la Alcaldía de Managua.

paramilitares2Según la fuente, la nueva indicación del Orteguismo es atacar también a militantes sandinistas, quemar sus casas o asesinar a alguno con dos propósitos fundamentales: Montar un show propagandístico en sus  medios de comunicación inculpando al Pueblo de dichas muertes y fabricar argumentos frente a la avalancha de denuncias y pruebas por crímenes cometidos por las fuerzas represivas orteguistas; el segundo propósito sería causar indignación en las bases sandinistas – las que en su mayoría le quitaron respaldo a Ortega-, haciéndoles creer que el Pueblo autoconvocado es el responsable de dichas muertes. Todos estos planes macabros han sido paulatinamente desenmascarados poco a poco por el Pueblo y los medios independientes y alternativos.

DINERO PÚBLICO FINANCIA ESCUADRONES DE LA MUERTE.

Desde el inicio de la crisis el orteguismo financia a sus grupos de choque con dinero del Estado, ya sea del Estado Central o dinero de las alcaldías del País, coordinados a través de Fidel Moreno, ex miembro eterno de UNEN y quién ahora es propietario de terrenos, edificios y bienes en buena parte de Estelí. Fidel Moreno es mano derecha de Rosario Murillo, la autoritaria mujer del dictador y ya fue mencionado en un escándalo hace algunos años cuando la Policía Nacional, al mando de la Comisionada Aminta Granera, quebró varios negocios y propiedades en Estelí por estar vinculados al lavado de dinero y narcotráfico, en esa ocasión se mencionó también a uno de los hijos de Ortega.

En el año 2013, durante la agresión al movimiento OcupaInss, fue Fidel Moreno quien dio la orden de atacar a los jóvenes que protestaban a favor de los ancianos que exigían una pensión reducida. Diversas fuentes afirman que Moreno es quien financia a las turbas, a quiénes reunen en edificios públicos de la Alcaldía como el Ranchón y el Plantel en el Barrio San Judas.

Según una fuente de un Banco del Sistema Financiero Nacional, desde abril el orteguismo ha retirado cheques hasta por la suma de 1 millón de córdobas diario o día de por medio, dicho dinero sale de las cuentas de instituciones públicas como la Alcaldía de Managua y otras instituciones del Gobierno Central, todo este dinero es utilizado para pagar a las turbas y paramilitares orteguistas que asesinan al Pueblo nicaragüense. Además, según la fuente, entre abril y mayo se pagaron cheques por “bonos” a individuos de la juventud orteguista de entre mil a dos mil córdobas por persona. Se conoce que inicialmente el pago a cada turba por agredir, saquear y asesinar nicaragüenses fue de C$500 córdobas, y en muchos barrios de Managua los secretarios políticos se quedaban con una parte y ofrecían C$200 o C$300 córdobas, incluso ese mismo ofrecimiento se realiza para reclutar personas para asistir a los dos actos convocados por el Orteguismo en la Avenida de Bolívar a Chávez y que han resultado un completo fiasco. El monto ahora es de C$700 para las turbas paramilitares y parapoliciales que acompañan a la policía orteguista.

Esta es la forma de operar del Orteguismo, al mejor estilo del somocismo y las turbas de Nicolasa Sevilla Montes y su mano blanca.