La historia del accidente en la cercanías de la Rotonda Universitaria de Managua en la que se presume que la conductora del vehículo estrellado se encontraba en estado alcohólico, ha sido vista por todo el país. El estado de la conductora no se confirmó en el momento por el periodista que cubría el hecho, Jairo Antonio Castillo de Canal 10, debido a la que ciudadana abandonó la escena del mismo auxiliada probablemente por familiares y amigos sin brindar declaraciones ni esperar a la Policía de tránsito, tampoco dio su versión del caso posteriormente. Quien sí dio su versión muy “Sui generis” fue su amiga, Solange Saballos, graduada de la UNAN Managua y actual estudiante de periodismo de la Universidad de Managua, que llegó al lugar en estado alcoholizado según ha reconocido ella misma.
Fue precisamente por la reacción de la Señorita Saballos la que viralizó la noticia hasta convertirse en una vorágine de comentarios encontrados en las redes sociales, convirtiéndola a ella en “La patética”, y al equipo del canal como los “Amarillistas”. Nos encontramos ante dos aristas de un mismo problema, por un lado el periodismo de nota roja o amarillista y falto de ética que se promueve en la mayoría de medios de Nicaragua, y por el otro lado la actitud de una estudiante de periodismo que, en estado de ebriedad media, se presentó al lugar del accidente a defender a su amiga, de una manera completamente soez, vulgar y ofensiva.
Justamente debido a la reacción de la amiga de la conductora, conocida ahora como la “patética” (debido a una de sus mismas frases cuando insultaba al periodista) que se olvidó el trasfondo de la noticia, que en este caso se trataba de una persona que en aparente estado de ebriedad estrelló su carro en la pista pudiendo haber matado a alguien más, y salió huyendo de la escena del suceso, en lugar de haber esperado a la Policía de tránsito.
Pero apartando momentáneamente la crítica hacia la nota roja y el amarillismo consabido y practicado por una gran parte de los medios nacionales, por ejemplo los canales 8 y 10, la radio Ya, entre otros, que, faltos de valores publican cualquier bajeza como noticia, irrespetan la vida e integridad de las personas que sufren tragedias, y el dolor de las víctimas y familiares; es sabido que tanto los canales como las radios tienen equipos de trabajo que cubren acontecimientos nocturnos, ese es su trabajo, y deben cumplirlo, tal es el caso de Jairo Castillo y su camarógrafo.
Si en la nota presumieron cosas que no comprobaron, o si emitió su opinión personal, es admisible la crítica y la duda, lo que no es admisible es la defensa que unos pocos han hecho de la actitud de la aspirante a periodista Solange Saballos, justificando su actuar aduciendo la “indignación” del momento, olvidando que se encontraba tomada y que el ataque personal hacia el periodista no tiene nada que ver con una crítica seria y constructiva hacia el sensacionalismo de los medios de comunicación y las malas prácticas de los hombres y mujeres de prensa, de los cuales ella formará parte pronto. Tampoco es un tema que tenga que ver con enfoques de género, ni debe ser vista como una acción ejemplar, sino como lo contrario al verdadero periodismo responsable y ético que tanto ha empezado a escasear en nuestra amada Nicaragua. Esto es combatir una enfermedad con otra.
Realmente es una pena saber que con los futuros graduados de periodismo vamos a tener más de lo mismo o quizás peor, que crean que pueden hacer cualquier cosa sin ser cuestionados y peor aún, que en lugar de pedir disculpas al público por sus exabruptos, se justifiquen tomando como bandera el combate al amarillismo y hasta el “feminismo”. Parece ser que la calidad periodística de antaño se está marchando en la medida que los periodistas que hicieron esos tiempos van desapareciendo físicamente, y que, a juzgar por los aspirantes, el futuro que nos aguarda es precisamente la Antítesis del periodismo.
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